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Pase de Fotografies de Toloriu
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MONTAÑA EN MOVIMIENTO

De repente un relámpago cae sobre el transformador del pueblo la oscuridad abraza todos los rincones, poco a poco, velas, linternas, faroles...van iluminando los hogares, tardaremos bastante tiempo hasta que la compañía repare la avería; a fuera el viento quiere arrastrar las casas y el agua cae desesperadamente sin ningún sentido. Es una de las típicas tormentas que cada año nos visita varias veces, pero la memoria nos dice que esto no es nada. Algún forastero atemorizado piensa que es el diluvio, pero no se recuerda, o nunca lo ha sabido, que nuestra montaña se mueve, se mueve porqué los terremotos nos visitan de vez en cuando y porqué la montaña que sustenta el pueblo a veces se satura de agua i nos hace resbalar hacia el fondo del Segre.
Hace tiempo, tiempos lejanos, que el pueblo de Toloriu estaba situado en otro lugar, este cerro actual i las planas del contorno eran cultivos para producir alimentos al castro romano de Bar, las primitivas casas estaban situadas más arriba, protegidas por la sombra de la sierra Mata, pero un día cualquiera los dioses romanos se irritaron i nos enviaron tanta agua que el torrente de la Mata Xica, va arrastrar casas y habitantes montaña abajo, no tenemos documentos de lo que pasó, pero la memoria colectiva del pueblo aún hoy lo recuerda como una gran desgracia, y el pueblo se rehízo donde ahora está.

Tampoco hemos de ir tan atrás en el tiempo, ya que hace poco, muy poco para la Memoria colectiva, que los Dioses, ahora ya no romanos, volvieron hacer de lo suyo, eran los primeros días de noviembre de 1982 cuando el cielo descargó toda su furia sobre nosotros. Pero, puede ser, antes de seguir vale una refrescada al entorno de lo sucedido.

Toloriu está asentado sobre un cerro formado por materiales ordovicianos y silúricos, calcáreos devónicos y granodiorita, el mapa geológico de l’Institut Geològic de Catalunya nos muestra que las laderas de Toloriu son terrenos cualificados como Dcrb, que descansen sobre terrenos Omn (ver el fragmento del mapa)

Un deslizamiento es un desplazamiento de terreno en una ladera, hacia el exterior de la misma, por acción de la gravedad. Aunque generalmente están asociadas a lluvias, también se pueden producir como consecuencia de terremotos o a causa de la acción continuada de los procesos geomórficos.

Casos particulares de deslizamientos son los despren-dimientos, las coladas de tierras, corrientes de piedras –cascajos-, los aludes rocosos,...

Era el día 5 de noviembre de 1982, día radiante, una fresca agradable convidaba a pasear por los bosques de Toloriu, hacia días que no llovía, pero las sensaciones dentro del bosque eran extrañas, los pájaros y el bestiario del bosque estaban desazonados, las rieras dejaban ver el agua en superficie, las fuentes manaban generosas, esto no es normal, pensaban los paseantes que intentaban cazar alguna seta.

El día 6 las mismas sensaciones extrañas, las fuentes manaban como nunca, los amigos de Castellar de N’Hug y de Bagà nos dicen que las fuentes del Llobregat y las del Bastareny, y las mil fuentecillas brotan impresionantes, pero no llueve ni ha llovida en días.

El día 7 el cielo se oscureció y empezó a llover y llover, el episodio de lluvias aún siendo importante se da todos los años, pero la tierra no chupa ni una gota de las que caen, el terreno antes de llover ya está saturado de agua, y tota el agua se dirige hacia los torrentes y ríos, el Segre sube y sube, y las pizarras de la base de Toloriu están colmadas de agua.

Las precipitaciones llegan a superar sobradamente los 100 l/m2 de forma general en los Pirineos, con un máximo de 556 l/m2 a la Molina, y toda el agua iba al Segre.

La naturaleza siguió su guión: las pizarras de Toloriu cedieron y se doblegaron deslizando hacia el Segre, dicen que 2.000 millones de metros cúbicos de tierra de nuestra montaña deslizaron totalmente sobre el lecho del Segre, sin que ningún medio humano ni técnico pudiera retenerlos.

El agua por estos lugares se llevó el puente sobre el Segre que unía los núcleos del Pont de Bar, la gente reaccionó a tiempo y se fue carretera arriba, mientras el río se llevaba las casas, donde hacía tres minutos que estaban charlando con una partida de butifarra (juego de cartas), pero la sorpresa no se acabó aquí, delante de sus ojos la carretera era engullida por la montaña de Toloriu que bajaba como un río de lava para tapar el Segre y formar una presa natural. Todas las alarmas se dispararon, la carretera desapareció durante meses con la circulación anulada, el Pont de Bar para siempre destruido y reconstruido años después en un lugar más seguro.

Arriba, en Toloriu, casas agrietadas, pero nadie sabe cuántos milímetros bajó.

Cuando la calma substituyó el temporal y los destrozos quedaron a la vista de todo el mundo, los técnicos respiraron, la montaña de Toloriu bajaba muy lentamente y con toda seguridad no barraría el Segre, la temida riada posterior agües a bajo ya no pasaría, y las mil desgracies causadas desde Andorra hasta la Granja d’Escarp se podrían ir reconduciendo.

Las explicaciones posteriores dijeron que las causas meteorológicas de este disparate fue la entrada de una profunda borrasca desde el Atlántico con una presión en su centro de tan solo 945 hPa, conjuntamente con aire frio en altura y por otra parte la situación de un anticiclón situado en los países del Este que canalizaban una masa de aire cálido desde el norte de África. Entre estos dos centros de actividad “La Baja del Atlántico” y “El Alta Centroeuropea” se formó una corriente de aire del sur “advención” que nos tiró encima fuertes vientos cálidos y húmedos procedentes del Mediterráneo.

 

La gran diferencia de temperatura y humedad de las dos masas de aire cuando se juntaron generaron potentes masas nebulosas que se ampliaron al chocar con la sierra Pirenaica que empujaron los vientos hacia arriba provocando las grandes precipitaciones.

Si analizamos la precipitación acumulada por días destaca el 6 de noviembre, con valores acumulados en La Molina (cabecera del Segre) 214 mm. El día 7 de noviembre volvieron a registrarse valores similares, destacando los 341 mm de La Molina.

En las fotos del Meteosat de aquel día 7 de noviembre nos muestra la nubosidad

 

Los vecinos del Pont de Bar tenían delante suyo el pueblo destruido, sin la carretera que desapareció y sin el puente construido con mucho trabajo por el obispo Armengou.

La Administración llenó nuestra montaña de sensores para investigar lo sucedido, hicieron un gran pozo, que permanece abandonado, se improvisó una pasarela para llegar a las pocas cases de Pont de Bar que quedaban todavía en pie, y durante muchos meses hicieron una nueva carretera y en uno cuantos años un nuevo pueblo de Pont de Bar, pero ¿y la verdad? ¿Cuál es el resultado de los estudios? ¿Porqué los días anteriores las fuentes manaban a tope?, ¿Porqué la tierra estaba saturada antes de las lluvias?.


Passarel·la sobre el Segre


Pont de Bar nou

Al final la nueva carretera

Hay que recordar que el 22 de setiembre de 1997 a les 6h 20 m El Pont de Bar sufrió un terremoto de escala II y se volvió a mover nuestra montaña y nos preguntamos, ¿no fue un terremoto marino el que el fatídico día 6 de noviembre de 1982 empujó las aguas freáticas de todas las cuencas hasta saturar la tierra i llenar las fuentes?.

Es tiempo de reflexiones....

Toloriu y el Pont de Bar se han recuperado y la Administración calla, los pueblos preguntan y la Administración calla, se hacen estudios que ningún vecino puede ver y preguntan, pero la Administración calla, calla... Ya tenéis pueblo, ya tenéis carretera….

Escut de Toloriu