Los bosques del Baridà desde siempre han sido los que han producido una de las mejores maderas de los Pirineos, pero Toloriu situado en la cara norte del Cadí tiene formaciones que van desde el rio Segre hasta la parte más alta con bosques de pino negro, y aún que la vegetación no es muy variada, presenta un entorno natural bien conservado y con una gran variabilidad, pero ejemplares grandes, de aquellos que son testimonio de la grandiosidad de los bosques de antaño ya casi no quedan, pero, podemos disfrutar de una vegetación bastante variada y una fauna vertebrada bastante completa. A continuación os presentemos a los anfitriones y toda la corte del reino de los seres vivos de las diferentes partes en que hemos dividido el término municipal.

Una vez que han desaparecido las familiares vacas, la fauna urbana se reduce a unos pocos animales de granja: gallinas, conejos, ocas, cerdos, los perros y gatos familiares y todavía alguna paloma con su palomar, y la fauna que se aprovecha de la presencia humana como los gorriones, pero hay otros que se han adaptado a convivir con el hombre como la raposa o zorro (Vulpes vulpes) que a veces llega a las proximidades de las casas. Cerca de las casas es fácil ver urracas (Pica pica), cuervos (Corvus corone), gorriones (Passer domesticus), lavandera blanca (Motacilla alba), golondrinas vulgares y colablancas (Hirundo rustica y Delichon urbica) y los vencejos comunes (Apus apus) son otros animales que vuelan por las calles del pueblo. Recientemente nos vuelven a visitar las vacas, los caballos y el ganado de cabra rojiza de Bar.

El lagarto ocelado (Lacerta lepida) toma el sol sobre las paredes no muy lejos de alguna lagartija (Lacerta muralis), también se ve alguna salamandra (Salamandra salamandra) de color amarillo vivo con sus manchas negras, la rana común (Rana ridibunda) ronda las balsas donde también es presente el sapo común (Bufo bufo) y la culebra lisa europea (Coronella austriaca), también se han visto el sapillo moteado común (Pelodytes punctatus) y para rematar moscas, avispas, arañas y hormigas son algunos de los visitantes inesperados que se encuentran dentro de las casas.

En la parte ajardinada de alguna casa se pueden encontrar una serie de árboles y arbustos que no son presentes en el entorno natural como abetos (Abies alba, Abies masjoani, Abies pinsapo), abeto o pino rojo (Picea abies) cedros (Cedrus sspp.), ciruelos rojizos (Prunus pissardi), falsas acacias o robinias (Robinia pseudacacia), cipreses (Cupressus macrocarpa, arizonica, sempervirens), biotas (Biota), calocedros (Calocedrus), tuyas (Thuja), castaños de indias (Aesculus hippocastanum), leylandis (Cupressocyparis leylandii), olmos de hoja pequeña (negrillos) (Ulmus minor) y olmos de Siberia (Ulmus pumila), tilos de hoja grande (Tilia platyphyllos), desmayos (Salix babylonica), pino americano (Pinus strobus), y cuando llega la primavera, flores y flores que engalanan los balcones y patios.

ZONA HÚMEDA

Poco terreno húmedo encontraremos por estos parajes, justo en el límite del término en las orillas del rio Segre y en los pequeños torrentes encontraremos el mirlo de agua (Cinclus cinclus) de cuerpo redondeado y pecho blanco, una ave difícil de ver y la lavandera cascadeña (Motacilla cinerea).

Y por la parte alta del pueblo cerca de las fuentes i balsas aún podemos ver ranas, sapos, culebras, y las serpientes de agua (Natrix natrix y Natrix maura).

La vegetación en la orilla derecha del rio Segre está muy alterada por las importantes obras que se han realizado (carretera, central eléctrica, captación de agua, etc...) pero las orillas se van llenando de la vegetación típica, alisos (Alnus glutinosa), fresnos de hoja estrecha (Fraxinus angustifolia), chopos (Populus nigra), cornejo o sanguíneo (Cornus sanguinea, la sarga o sauce gris (Salix elaeagnos), mimbrera purpura (Salix purpurea), y se ve algún sauce blanco (Salix alba) y mimbrera frágil (Salix fragilis) que con la hierba jabonera (Saponaria officinalis) conforman la típica formación llamada por los estudiosos “Saponario-Salicetum purpureae”, todo acompañado de zarzas (Rubus ulmifolius), lúpulo (Humulus lupulus), nuez o nabo del diablo (Bryonia dioica), cañas (Arundo donax), clemátide (Clematis vitalba), amaradulce (Solanum dulcamara), braquipodio (Brachypodium sylvaticum), y revolviendo se puede ver alguna menta silvestre (Mentha rotundifolia), euforbia de bosque (Euphorbia amygdaloides), ortiga grande (Urtica dioica), celidonia mayor (Chelidonium majus), justo tocando a las carrascas y las pinedas. La reina de este rio es la trucha (Salmo trutta fario, Salmo gardineri), que también está acompañada de otros peces muy conocidos como el barbo de montaña (Barbus meridionalis) y pájaros de agua como la lavandera torrentera que aún se puede ver en las rocas a las orillas del rio (Motacilla Cinere) y la serpiente nadadora la culebra viperina (Natrix maura) o la culebra de collar (Natrix natrix), y con paciencia podemos observar alguna efímera (Ephemera danica) la bailarina del rio con tres largas colas con las que mantiene el equilibrio, y las saltarinas ranas(Rana ridibunda) y los tranquilo sapos (Bufo bufo), se ha visto algún tritón (Alytes obstetricans) y algún entendido dice haber visto una almizclera o desmán ibérico (Galemys pyrenaicus), y en los alrededores el musgaño patiblanco (Neomys fodiens) va ocupando territorio en remansos tranquilos sin meterse mucho en el agua.

(Certhia brachydactila), el carbonero común o el herrerillo común (Parus major y Parus coeruleus), el chochín (Troglodytes troglodytes), el pinzón vulgar (Fringilla coelebs), el papamoscas gris (Muscicapa striata), la curruca mosquitera y la curruca capirolada (Sylvia borin i Sylvia atricapilla) el trepador azul (Sitta europaea), el pica pinos grande (Dendrocopus major), el herrerillo capuchino (Parus cristatus), el pinzón vulgar (Fringilla coelebs) el acentor común (Prunella medularis), el camachueto común (Pyrrhula pyrrhula), el picogordo (Coccothraustes coccothraustes), el pinzón real (Fringilla montifringilla), el acentor alpino (Prunella collaris) los tordos (Turdus sp.) el carbonero garrapinos (Parus ater) que vive en la zona del pino negro, destaca la cola de color gris, la collalba gris (Oenanthe oenanthe) pequeño pájaro que nos vigila encima de una piedra o protuberancia del terreno, el roquero rojo (Monticola saxatilis) y las bisbitas (Anthus sp.), gorriones alpinos (Montifringilla nivalis) que llegan con el invierno buscando prados poco cubiertos por la nieve, donde alimentarse, el mirlo común (Turdus merula) y aves de gran interés cinegético como la perdiz roja (Alectoris rufa), también ptras aves como el arrendajo (Garrulus glandarius), el azor común (Accipiter gentilis), y todavía se encuentra algún urogallo común (Tetrao urogallus) dentro de una masa muy escondida de pino silvestre, el piquituerto común (Loxia curvirostra) pequeña ave con un pico curvado característico que se alimenta de los frutos de los pinos, la hembra es de coloración verdosa mientras que el macho es rojizo, pero en el cielo azul de Toloriu destaca una ave majestuosa el águila real (Aquila chrysaetos) que recorre el cielo esperando sorprender algún animal, córvidos como las chovas piquirrojas de pico rojo y las chovas piquigualdas de pico amarillo y patas siempre rojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax y Pyrrhocorax graculus), el cuervo común (Corvus corax) todos ellos carroñeros, y en las zonas más desforestadas sentiremos la lechuza común (Tyto alba), el mochuelo europeo (Athene noctua), la abubilla (Upupa epops), el gorrión chillón (Petronia petronia)  rèptils como la culebra lisa europea (Coronella austriaca), las lagartijas (Podarcis muralis), el lagarto verde (Lacerta viridis) el lución o culebrilla de cristal (Anguis fragilis), la culebra verdiamarilla (Coluber viridiflavus), la culebra de agua (Natrix maura) se encuentra en los pequeños torrentes anfibios como el sapo partero común (Alytes obstetricans), la salamandra (Salamandra salamandra), el sapo común (Bufo bufo) mariposas como la (Parnasius apollo), la macaón (Papilio machaon), las gitanetas (Zigaena sp.) insectos además de los carabidae que hemos hablado como uno de los temas destacados, podemos añadir como sigulares: el escarabajo de las hojas del álamo (Melasopa populi), el escarabajo estercolero zumbador (Geotrupes stercorarius) que colabora en la destrucción de los excrementos de vaca y caballos fertilizando los prados, las mariquitas (Coccinella sp.), los saltamontes (Acrídis y Tetigònids) y las benefactoras hormigas rojas (Formica rufa).

La vegetación es muy variada dada la diferencia de altura entre la parte baja y el límite por la collada de Se, destaquen los robles pubescentes (Quercus pubescens) en las zonas soleadas, su fruto es una buena fuente de alimentación para muchos animales. Hemos encontrado algún ejemplar de haya (Fagus sylvatica) en las zonas más húmedas con el pino rojo, el boj (Buxus sempervirens) abundante como sotobosque junto con la hierba de ballesteros (Helleborus foetidus) y la anémona hepática (Hepatica triloba), de forma aislada algún ejemplar de serbal de los cazadores (Sorbus aucuparius). El chopo temblón (Populus tremula), avellanos (Coryilus avellana), arces (Acer sp).

La mayor representación corresponde a las coníferas siendo el pino rojo o silvestre  (Pinus sylvestris) el que cubre la mayor parte de la superficie del bosque, además encontramos el enebro común (Juniperus communis), el llantel mediano (Plantago media) y las fresas salvajes (Fragaria vesca) y una serie de arbustos como el rosal silvestre (Rosa canina), las zarzas (Rubus ulmifolius), el endrino (Prunus espinosa), el majuelo o espino albar (Crataegus monogyna) y la vidalba (Clematis vitalba). Por la parte alta de la sierra de Mata se encuentran ejemplares de pino negro (Pinus uncinata), la gayuba (Arctostaphylos uva-ursi), el acónito común (Aconitum napellus) planta considerada como la más venenosa de Europa (que arrancada sigue siendo tóxica al contacto con la piel), la belladona (Atropa belladona), la flor de san Pallari (Trollius europaeus), el cardo panical o blanco –un cardo- (Eryngium bourgatii),  la corona de rey (Saxifraga longifolia), la oreja de oso (Ramonda myconi).

Especial mención a las setas encabezada por el níscalo (Lactarius deliciosus y Lactarius sanguifluus) y siguiendo por las llenegas, blanca, gris o negra (Hygrophoras gliocyclus, H. limacinus y H. dichorus), con los rebozuelos (Cantharellus cibarius), las patas de perdiz (Chroogomphus rutilus), las setas cardenal  (Hygrophorus russula), los negrillos (Tricholoma terreum y T. portentosum), las trompetas amarillas (Cantharellus lutescens), las senderuelas o muxarnons (Marasmius oreades), las crestas de gallo  (Ramaria aurea), los hongos blancos o setas calabazas (Boletus edulis), las setas de chopo (Agrocybe aegerita), las cucumelas (Amanita vaginata), la carbonera y setas de cura (Russula cyanoxantha  y R. virescens), el boleto granulado (Suillus granulatus y S. luteus), el pedo de lobo (Lycoperdon perlatum), la oronja verde (Amanita phalloides), las mata moscas (Amanita muscaria), el pie de rata borde (Ramaria formosa), el pie rojo amargo  (Boletus calopus), y muchos otros menos conocidos.

ZONA AGRÍCOLA

Una gran parte de la zona agrícola está cubierta por prados y pasturas donde abundan las festucas (Festuca sp.) las poas y los tréboles, y entre medio una gama de flores vistosísimas de colores y olores que destacan sobre el verde de los prados, en especial las gencianas (Gentiana verna, G. Acaulis, etc..), la pulsatila recta (Pulsatilla vulgaris), las pequeñas prímulas de flor azul cielo (Primula sp.), matas de silene acaule (Silene acaulis).

En los bosquetes agrícolas, entre las zarzas y los bordes de bosque encontramos la tórtola (Streptopelia turtur) y el mito (Aegithalos caudatus), en los espacios abiertos se han visto el escribano soteño y el escribano montesino (Emberiza cirlus y Emberiza cia) y el jilguero europeo y el verderón común (Carduelis carduelis y Carduelis chloris), la lavandera blanca (Motacilla alba) que habita en lugares de prados rasos mejor cerca de  cursos de agua.

Algún sapo partero (Alytes obstertricans) canta por las noches en medio de los campos, y en las noches de luna llena, especialmente al final del verano, podemos escuchar de lejos la brama de algún ciervo, el aullido del lobo que ha penetrado en el Parque Natural y el despertar de los gamusinos que esperan que la gente del pueblo salgan a la captura con las herramientas apropiadas.